Al principio de emprender tenía un planning muy concreto y en esos meses no perdí el foco.
¿Porque? Pues por eso mismo tenía un planning muy concreto. Web, blog, contenidos y email marketing, creación de los primeros cursos. Todo estaba enlazado.
Esto duró mas o menos de 6 meses a 9 meses, entonces fue cuando la dispersión entró en mi vida.
A veces ponía mucha energía a una área y otra se veía afectada por esta falta. Y curiosamente lo que menos nos gusta o lo que más miedo nos da, es lo que procrastinamos.
A veces sentía que la vida te lleva de un lado a otro y entonces todos los planes se acaban cambiando y por eso no veía razón para planificar tanto.
Pero evidentemente esa falta de foco estaba afectando a mi negocio y también a mi, porque tenía la sensación de no ser productiva.
Objetivos anuales, mensuales, semanales y diarios
Fue entonces cuando empecé a marcar objetivos anuales, mensuales, semanales y diarios. Con esto no quiero decir que en enero marco todo el año, allí solo marco los anuales. En el mes los mensuales y los semanales el domingo.
Tampoco esto implica que la decisión ya está tomada y no voy a cambiar nada. Simplemente que tengo un plan trazado. Algo que puedo consultar, si un día me siento más dispersa. Una brújula para momentos de despiste o momentos de bajón, o momentos que no tengo apenas tiempo pero tengo media hora para trabajar.
¿Que he ganado con esta forma de trabajar?
Muchísimo. Por un lado tenía un agobio enorme, con la cantidad de cosas que hacer que tenía. Esto quería decir que cuanto acababa una sin respirar hacia otra, sin permitirme el lujo, de decirme que bien lo había hecho.
Por otro lado, siempre miraba la montaña de cosas por hacer… Y no la montaña de cosas hechas, y por tanto más insatisfacción otra vez.
Perdía mucho tiempo pensando bueno a ver tengo dos horas ¿hoy que hago?
¿Puedes sentir la dispersión? Yo te aseguro que sí
¿En cuanto tiempo planifico?
Ahora empleo 5 minutos o 10 máximo a la semana. Tengo marcadas las tareas-objetivos en los días de la semana y por tanto cuando tengo un momento ya tengo claro lo que tengo que hacer.
Además cuando termino la semana puedo ver todo lo que he hecho.
Acoplo los objetivos a los tiempos de esa semana, para conseguirlos y no sentirme frustrada.
Otra medida que he implementado es ponerle tiempo a las tareas y por tanto, a menos que sea una tarea nueva que no sepa cuanto tiempo me va a llevar, tengo que acabarla en ese tiempo.
No solo para emprendedores.
Ah y esta técnica es imprescindible si eres emprendedor y gestionas tu propio negocio, pero además, también te digo que no es exclusiva para los emprendedores. La puedes utilizar en tu vida personal para ponerle foco y conseguir tus objetivos personales y laborales.
me encanta este post !
Gracias Maria, ya me cuentas si lo pones en práctica.